así seguimos

así seguimos
Siempre al lado de "los lobitos buenos"

jueves, 5 de abril de 2012

GUNTER GRASS, poema LO QUE HAY QUE DECIR

              MORIBUNDIA es un blog pequeño
              y seguramente visto por poca gente,
                 pero en él no podemos obviar
                       lo que tiene significado.

                         

              Gunter Grass ha escrito un poema
               sobre la necesidad de no callarse
     ante las provocaciones belicas israelíes contra Irán.

                    

                 Otra posible guerra más.

     Son demasiadas guerras, ahora, cuando se cumplen

          los 20 años de la vergüenza bélica sucedida

         a solo dos horas de avión, en los BALCANES

                      
              
              Ser pequeño, como sucede con este blog,
           no quiere decir estar callado, pasar sin mirar
               o no querer ver lo que está  sucediendo.

               MORIBUNDIA es pequeño, pero activo

                         

                Durante la última semana hemos estado
             con alumnos y de excursión en  BUDAPEST

                           
   
                                 y PRAGA


                        
         Las miradas y las ganas de vivir de los chavales,
                         nos siguen enseñando
                que no nos podemos permitir el lujo
              de estar callados, como por fin lo hace
                 GUNTER GRASS con estos versos.

        La traducción de MIGUEL SÁEZ es estupenda

                                     
               
                                 ¡Qué os guste!


           Lo que hay que decir:

Por qué guardo silencio, demasiado tiempo,
sobre lo que es manifiesto y se utilizaba
en juegos de guerra a cuyo final, supervivientes,
solo acabamos como notas a pie de página.
Es el supuesto derecho a un ataque preventivo
el que podría exterminar al pueblo iraní,
subyugado y conducido al júbilo organizado
por un fanfarrón,
porque en su jurisdicción se sospecha
la fabricación de una bomba atómica.
Pero ¿por qué me prohíbo nombrar
a ese otro país en el que
desde hace años —aunque mantenido en secreto—
se dispone de un creciente potencial nuclear,
fuera de control, ya que
es inaccesible a toda inspección?
El silencio general sobre ese hecho,
al que se ha sometido mi propio silencio,
lo siento como gravosa mentira
y coacción que amenaza castigar
en cuanto no se respeta;
“antisemitismo” se llama la condena.
Ahora, sin embargo, porque mi país,
alcanzado y llamado a capítulo una y otra vez
por crímenes muy propios
sin parangón alguno,
de nuevo y de forma rutinaria, aunque
enseguida calificada de reparación,
va a entregar a Israel otro submarino cuya especialidad
es dirigir ojivas aniquiladoras
hacia donde no se ha probado
la existencia de una sola bomba,
aunque se quiera aportar como prueba el temor...
digo lo que hay que decir.
¿Por qué he callado hasta ahora?
Porque creía que mi origen,
marcado por un estigma imborrable,
me prohibía atribuir ese hecho, como evidente,
al país de Israel, al que estoy unido
y quiero seguir estándolo.
¿Por qué solo ahora lo digo,
envejecido y con mi última tinta:
Israel, potencia nuclear, pone en peligro
una paz mundial ya de por sí quebradiza?
Porque hay que decir
lo que mañana podría ser demasiado tarde,
y porque —suficientemente incriminados como alemanes—
podríamos ser cómplices de un crimen
que es previsible, por lo que nuestra parte de culpa
no podría extinguirse
con ninguna de las excusas habituales.
Lo admito: no sigo callando
porque estoy harto
de la hipocresía de Occidente; cabe esperar además
que muchos se liberen del silencio, exijan
al causante de ese peligro visible que renuncie
al uso de la fuerza e insistan también
en que los gobiernos de ambos países permitan
el control permanente y sin trabas
por una instancia internacional
del potencial nuclear israelí
y de las instalaciones nucleares iraníes.
Solo así podremos ayudar a todos, israelíes y palestinos,
más aún, a todos los seres humanos que en esa región
ocupada por la demencia
viven enemistados codo con codo,
odiándose mutuamente,
y en definitiva también ayudarnos.

                       ¡Salud y risas!

6 comentarios:

  1. Luis, lo primero un achuchón por ser como eres. moribundia será pequeña pero con grandes verdades en cada entrada...y hace falta que la gente escuche, hable y comparta...en definitiva, hace falta gente que no se calle!!!
    Justamente ayer leí el poema de Gunter...y me llegó pero fíjate que en tu blog se enriqueció.
    salud y risas!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Natty, agradezco tus palabras sobre este cuadernillo de impresiones, anécdotas y culturalias. Con el apoyo de gente como tú, seguramente el ánimo no decaerá y seguiremos con ello.
      ¡A cuidarse!

      Eliminar
  2. Increíblemente nos sigue sorprendiendo la verdad.
    Salud, poesía y revolución!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Begoña, no deja de ser curioso que después de 20 años, tras la guerra de Bosnia y conociendo, como hemos conocido, las imágenes de la desesperación y los asesinatos; es decir, cuando casi se sabe toda la verdad, como tu bien dices aún seguimos sorprendiéndonos. Los chavales no se merecen que les sigamos engañando más, por eso estoy totalmente de acuerdo con los tres conceptos que indicas en tu comentario. Me encanta saber que estáis por ahí. ¡Buena jera!

      Eliminar
  3. Primeras reacciones...Lo leyó, mirando a cámara (eso me gustó)
    http://www.jornada.unam.mx/2012/04/06/cultura/a05n1cul
    En fin....

    ResponderEliminar
  4. Es claro que la historia de Gunter Grass, como la de cualquiera de nosotros, es contradictoria, pero lo interesante siempre será atreverse a mirarle la cara a la verdad y seguir abogando por ella.
    Como tú bien dices: en fin...

    ResponderEliminar